viernes, 3 de abril de 2009

Preguntas existenciales ... La finalidad de la Vida





Mientras estamos encarnados,uno de los grandes desafios
es no saber a donde vamos,mucho menos si llegaremos o no.
En este punto de coyuntura crìtica es en el que somos màs introspectivos
y màs sencibles a los sufrimientos propios y ajenos,debemos luchar constantemente
no solo con esas dificiles condiciones externas a las que nos enfrentamos,si no tambìen con todas nuestras dudas y miedos interiores.
Quisas te preguntes por què todo debe ser tan difìcil,el proseso serìa mucho màs
eficiente si se nos asignaran las tareas y pudièramos cumplirlas directamente.
¿Por què agregar a nuestras cargas el misterio,la bùsqueda ciega del rumbo
¿Por què no se nos permite saber.?
Durante una encarnaciòn en el plano terrestre nos identificamos casi por completo con nuestro cuerpo fìsico y las persepciones de sus sentidos,a las cuales nuestra
personalidad agrega sus interpretaciones de la realidad.
No nos damos cuenta de que, tomadas en conjunto, sòlo componen la avanzada del alma
en el denso plano fìsico. Nuestra excesiva identificaciòn con el vehìculo de nuesta existencia fìsica es màs o menos como decidirse a emprender un viaje, buscar un auto y conducirlo rumbo a nuestro destino, pero creer sòlo en en la realidad del vehìculo ,la ruta, el panorama y los acontecimientos del camino, olvidando por completo de que fue uno, quien decidiò hacer el viaje.
Los datos de nuestros sentidos fìsicos oscurecen el hecho de que el alma que nos envìa, es una realidad mayor que nuestro provisorio vehìculo para el viaje.
Esotèricamente se dice que estamos en el camino hacia afuera o en el camino de retorno .Mientras vamos en el camino hacia afuera, descendemos a la materia fìsica y nos identificamos màs y màs con ella; primero mediante nuestro cuerpo fìsico, las sensaciones y experiencias que este nos proporciona; despuès, mediante nuestra visiòn de uno mismo como personalidad,como fuerza par realizar nuestros deseos en el plano material.En el camino de retorno nos vemos atraìdos hacia nuestra Fuente de origen y llevamos con nosotros todo lo que hemos ganado en nuetras aventuras.
Sin embargo afin de reconciliarnos con lo que nos enviò devemos desprendernos del karma que hemos generado y curar la heridas ocasionadas por la experiencia vividas en el camino hacia afuera. Muchas de estas "cicatrices energeticas",se eliminan mediante la comprensiòn, el perdòn y el remedio a travès del servicio.
En una etapa posterior de la vida llega un punto de reorientaciòn. A medida que nuestro cuerpo fìsico enpieza a fallar, disminuye la atracciòn que tiene el mundo exterior sobre nosotros.
Cada vez màs nos volvemos hacia adentro, si lo prefieres, hacia arriba, empezamos a ocuparnos de lo que habitualmente llamamos "intereses espirituales".Con frecuencia aparece una profunda necesidad de hallar sentido a la vida (Nuestra tarea existencial)y tambìen de atar algunos cabos sueltos,curar brechas y enemistades antiguas, desechar viejos rencores y buscar reconciliarnos.
Reemplazar nuestro anterior apetito por experiencias màs numerosas y amplias es un anhelo de paz tanto interior como exterior y de eliminar todo lo que inpida esa paz,incluyendo por fin al cuerpo fìsico.
A lo largo de imnumerables vidas,desarrollamos un vehìculo cada vez màs refinado y sensible par la expresiòn del alma ,hasta que al fin se disuelve la divisiòn entre lo que se manifiesta en materia y eso que lo enviò a su manifestaciòn.
Se alcanza la uniòn entre el alma y su vehìculo.
Entonces... ¡Servirà esta experiencia , en ùltimo tèrmino para contribuir a una comprensiòn màs profunda y, por lo tanto a un/a mayor iluminaciòn?
Si te lo preguntas desde una perpectiva lo bastante amplia y con el suficiente desapego, tu respuesta serà siempre sì.
(Resumido del libro "Porque a mi porque esto porque ahora")
de Robin Norwood.

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