viernes, 14 de mayo de 2010

La Respuesta

De hecho, no hay respuesta. Solo hay dos estados mentales... una mente llena de preguntas y una mente vacía de preguntas.
De modo que todo el crecimiento consiste en llegar hasta un punto en el que podéis vivir sin respuestas; esa es la madurez, y vivir sin res­puestas es el acto más grande y valeroso. Entonces dejáis de ser niños. Un niño no para de hacer preguntas, y quiere respuestas para todo. Un niño cree que si puede formular una pregunta, entonces debe de haber una respuesta. Si puede plantear una pregunta, entonces ha de haber alguien que suministre una respuesta.
Yo llamo inmadurez creer que el formular una pregunta ha de pro porcionaros una respuesta; tal vez la conozcáis o tal vez no, pero ha de existir alguien que la conozca, o tal vez algún día podáis descubrirla. Eso no es así. Todas las preguntas son creadas, fabricadas por el hombre.
La existencia carece de respuesta. La existencia está ahí, sin respues tas, en absoluto silencio.
Si podéis dejar caer todas las preguntas, entre vosotros y la existencia tiene lugar una comunicación. En cuanto dejáis caer las preguntas, dejáis caer la filosofía, la teología, la lógica... y empezáis a vivir, os volvéis exis tenciales. Cuando no hay preguntas, ese mismo estado es la respuesta.
Osho.

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