lunes, 11 de julio de 2011

Identificarse con el Pensamiento


Los dogmas —religiosos, políticos, científicos— surgen de la creencia errónea 
de que el  pensamiento puede  contener y encerrar la realidad o la verdad. Los 
dogmas son prisiones conceptuales colectivas. Y lo extraño es que la gente ama 
la celda de su prisión porque le da sensación de  seguridad, una falsa  sensación
de «yo sé». 
Nada ha causado más sufrimiento a la humanidad que sus dogmas. Es cierto
que cada  dogma  se viene abajo antes  o después, porque  su falsedad acaba 
siendo revelada por  la realidad; sin embargo, a menos que  el error básico sea 
visto tal como es, el dogma será reemplazado por otros. 
¿Cuál es el error básico? La identificación con el pensamiento.
El despertar espiritual es el despertar del sueño del pensamiento. 
El reino de la conciencia es mucho más vasto de lo que el pensamiento puede
entender. Cuando dejas de creerte todo lo que piensas, sales del pensamiento y 
ves con claridad que el pensador no es quien tú eres. 
La mente existe en un estado de «nunca tener suficiente», por lo que siempre
ambiciona más. Cuando te identificas  con la mente, te aburres y te inquietas
fácilmente. El aburrimiento  significa que la mente tiene hambre de nuevos 
estímulos, de más  alimento  para el pensamiento, y que  su hambre no está 
siendo satisfecha. 
Cuando estás aburrido, puedes satisfacer «hambre mental» leyendo una 
revista, haciendo una llamada telefónica, poniendo la tele, navegando en
Internet,  yéndote de compras  o —y esto es  bastante común— transfiriendo al 
cuerpo  la  sensación mental de carencia  y la necesidad de  querer siempre algo
más, satisfaciéndolas brevemente ingiriendo más comida. 
O puedes sentirte  aburrido e inquieto, y observar la sensación de estar
aburrido e inquieto. A medida  que vayas dándote cuenta de estas sensaciones,
empezará a surgir algún espacio y quietud en torno a ellas. Al principio sólo
habrá un poco, pero, conforme crezca la sensación  de espacio interno, el 
aburrimiento empezará a disminuir en  intensidad  y significado. De modo que 
incluso el aburrimiento te puede enseñar quién eres y quién no eres. 
Descubres que ser  «una persona aburrida» no es tu identidad esencial. El 
aburrimiento, simplemente,  es un  movimiento interno de la energía
condicionada. Tampoco eres una persona enfadada, triste o temerosa. El 
aburrimiento, el enfado, la tristeza o el miedo no son «tuyos», no son
personales. Son estados de la mente humana. Vienen y van.
Nada de lo que viene y va eres tú.  
«Estoy aburrido»; ¿quién sabe esto? 
«Estoy enfadado, triste, atemorizado»; ¿quién lo sabe? 
Tú eres el conocimiento, no el estado conocido. 
Eckhart Tolle